La principal organización de consumidores alemana analiza la comida para perros

La organización de consumidores alemana Stiftung Warentest valoró los productos de la comparativa en función de los siguientes criterios:

•    precio;
•    cumplimiento de las disposiciones y declaraciones legales;
•    contenido de sustancias contaminantes (arsénico, plomo, cadmio, mercurio);
•     cantidades recomendadas;
•    aporte de nutrientes según los valores del NRC.

No obstante, desde nuestro punto de vista, una comida para perros de calidad es más que la suma estadística de elementos como el precio, las leyes, las declaraciones legales, el contenido de sustancias contaminantes, las cantidades y el aporte teórico en cifras. Consideramos que hay muchos otros criterios relevantes para una alimentación sana del perro que la comparativa no tiene en cuenta:

•     frescura y calidad de los ingredientes;
•     utilización de diferentes tipos de carne, sin la de categoría 3;
•     composición equilibrada y adecuada de los productos;
•     prescindir de aditivos sintéticos;
•     ingredientes naturales no tratados químicamente;
•     prescindir de aromatizantes (entre otros, azúcar o potenciadores artificiales del sabor).

Nos gustaría destacar, además, que cada lote que producimos es analizado en el laboratorio y que a este respecto nos guiamos por los valores recomendados por los veterinarios. Al contrario de lo que se hace en la producción industrial, introducimos la dosis necesaria de vitaminas, minerales y oligoelementos de forma totalmente natural y no añadiendo vitaminas y minerales sintéticos.

Los valores del NRC
¿QUÉ SON LOS VALORES DEL NRC?
Estos valores son los establecidos por el Consejo Nacional de Investigación de EE. UU. (NRC, por sus siglas en inglés), que tomó el relevo con respecto a ellos de Effem foods, la empresa fabricante de Mars. Los valores del NRC indican en cifras lo que necesita un perro a diario y reflejan la cantidad precisa por día y kilogramo de cada una de las vitaminas, macroelementos y oligoelementos.
Estos valores del NRC se presentan a modo de resumen en una tabla que permite consultar las cantidades diarias exactas de cada nutriente que requiere el perro.

Desde hace ya por lo menos veinte años, veterinarios y nutricionistas vienen criticando, en nuestra opinión, con razón, estos valores establecidos por el sector industrial, fundamentalmente con respecto a sus elevadísimas cantidades.
Si comparamos los valores del NRC para el perro con las cantidades recomendadas por la Sociedad Alemana de Nutrición (DGE) para una persona adulta sana con un peso medio de 75 kilos, obtendremos un resultado sorprendente:

la mayoría de los valores del NRC para el perro son, con diferencia, más altos que los indicados para el ser humano. Y ello tanto con respecto a la dosis recomendada por kilogramo de peso corporal como a la escala de consumo de calorías.
Sin embargo, desde el punto de vista de la veterinaria, no hay absolutamente ningún motivo por el que un perro debiera necesitar, en comparación con el hombre, una cantidad ingente tal de vitaminas y minerales. Así, cabe dudar en especial del sentido de aquellos valores que, en el caso del perro, suponen una cantidad diaria recomendada entre tres y nueve veces superior a la indicada para un adulto.
El porqué de estas recomendaciones de cantidades tan elevadas para el perro
Al contrario que en el ámbito veterinario, en el del ser humano no hay que ajustarse a unos valores estándar relativos a alimentos particulares. Así, tampoco existen leyes que prescriban las cantidades mínimas de vitaminas y minerales que un único alimento ha de aportar al hombre.
Por tanto, un alimento determinado que se comercializa no tiene por qué contener unas cantidades concretas de todos los nutrientes esenciales para el ser humano, sino que es este, como ser capaz y responsable, el que ha de decidir por sí mismo cómo alimentarse y cómo alimentar a su descendencia de forma que todos dispongan de la cantidad suficiente de nutrientes.
Pero el caso del perro es diferente, pues la legislación establece que una lata ha de contener las cantidades establecidas por el NRC para todos los nutrientes. Al parecer, con dichos valores se "tiró por lo alto" a fin de ir sobre seguro.

"Mejor pasarse que quedarse cortos": esta es la máxima defendida por la industria y, desde nuestro punto de vista, los valores establecidos están calculados con unos márgenes de seguridad enormes que no se sustentan sobre ningún pilar científico ni médico que los pueda justificar.
En principio, no hay nada que objetar a un aporte excesivo de nutrientes, siempre que procedan de los minerales y vitaminas naturales contenidos en frutas, verduras y hierbas. No obstante, para el perro sí que puede ser muy dañino que se le administre permanentemente una dosis excesiva de minerales, vitaminas y oligoelementos sintéticos. El hacerlo de forma prolongada con esos nutrientes artificiales puede suponer un peligro. El exceder sustancial y continuamente las dosis necesarias puede dar lugar a una acumulación de los nutrientes en el organismo y, por tanto, a una intoxicación crónica del animal.
Consideramos que, especialmente en el caso de los valores de calcio y fósforo indicados como necesarios para el perro, los cuales superan de media a los otros diez veces, no se trata de un "margen de seguridad, sino más bien de un "riesgo para la seguridad".
Por tanto, creemos que no es de extrañar el frecuente diagnóstico en las últimas décadas, tanto en perros como en gatos, de patologías características de nuestra civilización, tales como la diabetes, la insuficiencia hepática y las enfermedades renales, pues van ligadas al aumento de complementos alimenticios y alimentos preparados sintéticos.
Lo que está claro es que todos los catabolitos (productos de desecho) de esos nutrientes excesivos han de ser "eliminados" a través del riñón y del hígado. Y, a largo plazo, ni un órgano sano es capaz de soportar esos excesos. Además, el hígado tiene una función de almacenamiento gracias a la cual almacena, entre otras cosas, vitaminas liposolubles como la vitamina A u oligoelementos como el cobre. Si se abusa de este almacenamiento, no tardarán en aparecer una disfunción hepática y un daño crónico del órgano.

Aditivos artificiales o naturales
Al hablar de una dieta sana para el perro, casi siempre aparece el tema de los pros y los contras de los aditivos artificiales o naturales. Con respecto a ello, hay un estudio interesante sobre la vitamina E artificial llevado a cabo por Graham Burton en Ottawa en el que se dividió a adultos en dos grupos y a los de uno, se les administró vitamina E natural y a los del otro, artificial, en ambos casos, por vía oral. El contenido detectado en la sangre de los sujetos en cuestión una vez realizado el ensayo supuso una gran decepción, pues los niveles del grupo al que se le había administrado la vitamina E artificial eran mucho más bajos que los del grupo que había tomado la natural.(Biocenetics of Vitamin E using, Graham Burton, Ottawa)
Este estudio lo apoyan también las tesis presentadas por Hans-Ulrich Grimm en su libro publicado en alemán con el título de Vitaminschock: Die Wahrheit über Vitamine (Sobredosis de vitaminas: La verdad sobre las vitaminas). En él se explica en detalle que las vitaminas artificiales no tienen el mismo efecto en el metabolismo que las variantes naturales. Además, las artificiales carecen de su entorno natural y, por tanto, de sus "compañeros de equipo", que son los que les permiten desarrollar su efecto pleno. Son diferentes sustancias precursoras de las vitaminas absorbidas de forma natural al consumir fruta o verdura las que permiten ciertas interacciones y diversos efectos de las mismas. Esto es algo de lo que no son capaces las vitaminas artificiales, por lo que no les pueden hacer sombra a sus hermanas gemelas naturales. Así, por ejemplo, la vitamina E natural consta de dieciséis variantes diferentes que la componen en su conjunto. Pero en el laboratorio solo se puede reproducir el all-rac-alfa-tocoferol. Se trata, además, de la única variante que se puede medir en análisis químicos cuando se hace un estudio, por lo que las mediciones relativas a vitaminas artificiales y naturales no se pueden comparar ni ser objetivas (Vitaminschock, Hans-Ulrich Grimm, editorial Droemer-Knaur).

El artículo científico Vorsicht vor Vitaminen (Cuidado con las vitaminas), de O. Czitrich, publicado en alemán en 2005 por la editorial Grin, establece también una clara distinción entre vitaminas naturales y artificiales. En él se dice que, partiendo de que no sabemos cuántos tipos de vitaminas contienen los alimentos naturales como la fruta o la verdura, resulta difícil reproducir de forma artificial todas las vitaminas. Afirma, además, que el efecto sobre la salud de una vitamina artificial nunca podrá compararse al de un alimento natural complejo.

Nuestro análisis
Los resultados del análisis de nuestro menú "Classic de Pollo" indican que alcanzamos el 75 % de las cantidades recomendadas por el NRC de fósforo, cobre y vitamina B12. Teniendo en cuenta ese amplísimo margen de seguridad del que ya hemos hablado con estos valores no cabe de ningún modo decir que el aporte al animal no es suficiente.
Además, si comparamos las cantidades obtenidas en nuestro análisis con los valores recomendados para los seres humanos, estas siguen siendo mucho mayores.

No obstante, para disipar cualquier duda de nuestros clientes, hemos duplicado la ración de arcilla curativa en todos nuestros menús,
gracias a la cual aumentan los minerales naturales y oligoelementos del producto final. En el futuro, nuestras recetas llevarán, además, levadura de cerveza para aumentar la cantidad de vitamina B12 que contienen.

Queremos matizar que no hacemos esto porque creamos que el aporte al animal no sea suficiente, sino para dar respuesta a los valores NRC, aunque sus márgenes de seguridad resulten incomprensibles.
Puesto que consideramos que el aumento en la ingesta de nutrientes naturales no es problemático, desde nuestro punto de vista, el incrementar los aditivos naturales no supone ningún riesgo para el perro.